PONTEDEUME - BETANZOS

"Bienaventurado eres, peregrino, cuando contemplas el camino y lo descubres lleno de nombres y de amaneceres".

Hoy ha sido la primera etapa de las de verdad: mil cuestas para arriba y para abajo, el sol calentando mucho, los pies comenzando a sufrir un poco...

Pero sin duda ha sido la más bonita de las que llevamos hasta ahora porque durante el trayecto hemos pasado por una población de cierta entidad, Miño, y el resto del mismo ha sido por bonitos bosques. Por ponerle un "pero" a la ruta, decir que hemos pisado más asfalto del que quisiéramos. 

Ahora sí que estamos metidos en el "camino": ya vienen las etapas más duras y a la vez bonitas, el esfuerzo físico cada vez va en aumento, el cansancio y la falta de sueño se van haciendo patentes en cada uno de nosotros. Es ahora cuando empezaremos a apreciar que el esfuerzo y la capacidad de superación nos pueden hacer ser personas un poco mejores cada día.

Podemos con esta cuesta y con alguna más...

El sol (o la vergüenza) hacen que adoptemos raras posturas. 

Ría de Betanzos. 

Demasiado asfalto. 

Nos han gustado los espejos.

Merecida siesta después de comer.